Consumo recuerda la importancia de revisar las etiquetas de los alimentos antes de su compra

La etiqueta debe identificar claramente a la empresa responsable del producto, así como su composición, valor nutricional y condiciones de conservación
Supermercado

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre, la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía recuerda a la ciudadanía la importancia de revisar el etiquetado de los alimentos antes de su compra para adquirir las opciones más saludables y sostenibles. La etiqueta es la principal fuente de información sobre los alimentos, y permite conocer entre otras cuestiones quién es la persona o entidad responsable de los mismos, de dónde vienen, qué ingredientes los componen, qué nutrientes aportan o cómo deben conservarse.

En todo caso, la información del etiquetado debe ser visible, legible, comprensible, e imborrable, además de figurar en español y en un lugar destacado. Además de la denominación del alimento, la etiqueta debe incluir la lista de ingredientes con carácter general (algunos alimentos, como frutas y hortalizas frescas están exentos de esta obligación). Los ingredientes aparecerán presentados en orden decreciente según su peso, y se deben identificar claramente aquellos que puedan causar alergias o intolerancias, utilizando por ejemplo otro tipo de letra, estilo o color de fondo, o incluyendo la palabra “contiene” seguida de la sustancia que la pueda provocar.

Cuando un ingrediente concreto figure en la denominación del alimento, se asocie habitualmente con ella, o se destaque en el etiquetado por medio de palabras o imágenes, debe indicarse en la etiqueta la cantidad de ese ingrediente que contiene el producto. Consumo recomienda prestar especial atención a estos casos, como por ejemplo cuando se destaque en el etiquetado la presencia de aceite de oliva, para evitar confusiones en cuanto a la cantidad de producto presente en el alimento.

También se debe incluir en el etiquetado la información nutricional, con el desglose de las propiedades y sustancias contenidas en el alimento. Aquellos productos alimenticios en los que figure la mención de que poseen propiedades nutritivas, están obligados a llevar un etiquetado sobre dichas propiedades.

La etiqueta de los alimentos también debe informar sobre las condiciones especiales de conservación y de utilización, si las hubiera, así como del modo de empleo, de la cantidad neta que contiene, del número del lote, la fecha de elaboración, la de duración mínima o la fecha de caducidad, que deberán figurar en un sitio visible y legible. En este sentido, conviene recordar que la fecha de duración mínima o fecha de consumo preferente indica la fecha hasta la que el alimento conserva sus propiedades específicas cuando se almacena correctamente. En el caso de alimentos microbiológicamente muy perecederos y que por ello puedan suponer un peligro para la salud tras un corto periodo de tiempo, la fecha de duración mínima se cambia por la fecha de caducidad, a partir de la que el alimento no se considera seguro.

Del mismo modo, el etiquetado debe indicar también el lugar de origen o procedencia del producto. Esta información es obligatoria cuando su omisión pudiera inducir a error a la persona a la hora de adquirir el producto, al presentar un etiquetado que pudiera insinuar que tiene un país de origen o un lugar de procedencia diferente al real. Además, cuando se mencione el país de origen o el lugar de procedencia de un alimento y éste no sea el mismo que el de su ingrediente principal se deberá indicar dicha información para ese ingrediente, así como indicar claramente que el lugar de procedencia del ingrediente principal es distinto al del producto. En el caso de los productos cárnicos, deben llevar además la marca sanitaria.

Por último, desde Consumo se recomienda consumir únicamente productos de procedencia conocida, apostando por el consumo de productos de temporada y de proximidad siempre que sea posible. En esta línea, es importante considerar el impacto ambiental desde el punto de vista del ciclo de vida del producto a comprar, valorando los procesos de producción, transporte, distribución, consumo y residuos que deja el producto, y adoptando unos hábitos de consumo responsable procurando optar por alternativas sostenibles que tengan una menor huella ecológica.

 

Campañas de inspección

La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía está desarrollando, a través de los Servicios de Consumo provinciales, su campaña anual de inspección de productos alimenticios. En total, está previsto realizar hasta final de año más de 1.300 actuaciones para controlar el etiquetado, presentación y publicidad, así como la existencia de alteraciones, adulteraciones o fraudes en los productos comercializados.

Esta campaña general se enmarca en el Plan de Inspección de Consumo para el año 2019, que incluye otras actuaciones dirigidas a productos de alimentación específicos. En concreto, se van a desarrollar otras siete campañas de inspección que incluirán más de 200 actuaciones de control sobre alimentos como harinas, cefalópodos congelados, miel, plantas para infusión, zumos enriquecidos y cereales de desayuno enriquecidos.

Ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Se trata de un servicio multicanal, al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900 21 50 80, de la página web www.consumoresponde.es, del correo electrónico (consumoresponde@juntadeandalucia.es); del perfil de Twitter (@consumoresponde); y el de Facebook (https://www.facebook.com/consumoresponde/).

También se puede recibir asesoramiento en los Servicios Provinciales de Consumo de las delegaciones territoriales de Salud y Familias presentes en todas las capitales de provincia, así como en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMICs) y en las organizaciones de personas consumidoras y usuarias.

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