Consumo revisa el etiquetado y condiciones de comidas preparadas envasadas, incluidas las de venta en máquinas expendedoras

Los resultados obtenidos permitirán conocer mejor el sector para garantizar los derechos de las personas consumidoras

Los servicios provinciales de Consumo de la Junta están participando en una campaña de ámbito nacional para comprobar el etiquetado y las condiciones de venta de comidas preparadas, incluidas las que ofertan las máquinas expendedoras. Con estas actuaciones, se pretende, asimismo, sensibilizar a los fabricantes, distribuidores y quienes intervienen en la cadena de comercialización de la importancia y obligatoriedad de cumplir las normas relativas al etiquetado y composición de los alimentos.

 

La campaña se desarrollará hasta el próximo mes de julio en las provincias de Jaén, Málaga y Sevilla, donde se realizarán un total de 95 actuaciones de control del etiquetado de las que 50 serán en productos y 45 en máquinas automáticas. Igualmente se tomarán 30 muestras para analizarlas en el Centro de Investigación y Control de la Calidad dependiente de la Administración General del Estado.

 

Las inspecciones abarcarán alimentos elaborados tanto en España como en el espacio de la Unión Europea y fuera del mismo, centrando los controles en establecimientos de venta de autoservicio como supermercados e hipermercados y en tiendas especializadas en productos refrigerados y congelados.

 

Junto con el etiquetado, en el laboratorio se examinará el contenido neto y de hidratos de carbono, grasas, proteínas, valor energético, cenizas, humedad, conservantes y colorantes. Además, se verificarán otras informaciones como la identificación y domicilio de la persona responsable, fabricante o vendedora del producto; la lista de ingredientes; el lugar de procedencia; condiciones especiales de conservación, si las hubiera, y el lote y fecha de consumo preferente o caducidad, entre otras.

 

Por su parte, en las máquinas expendedoras se comprobarán si figuran y son claramente legibles en su exterior los datos técnicos y la información necesaria sobre dónde y cómo presentar una reclamación o queja, si la persona consumidora lo estima oportuno.

 

Según la Ley 13/2003 de Defensa y Protección de los Consumidores y Usuarios de Andalucía, el incumplimiento de alguno de los aspectos detallados supone una infracción de carácter leve, que lleva aparejada una sanción de entre 200 y 5.000 euros.

 

Recomendaciones

 

Desde la Secretaria General de Consumo de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales se advierte de la necesidad de comprobar el etiquetado antes de adquirir un producto, para conocer las menciones e indicaciones que impone la norma, además de las cualidades y condiciones que debe cumplir.

 

Para facilitar la lectura e interpretación correcta del etiquetado, las personas consumidoras disponen de un microespacio de carácter didáctico, realizado por la Secretaría General a través de la plataforma multicanal de Consumo Responde, que puede consultarse en la dirección http://www.youtube.com/watch?v=uiSQYA5o9a4

 

En este sentido, se recuerda que las etiquetas deben indicar la denominación de venta del producto, nombre que no puede sustituirse por una marca comercial o de fábrica o denominación de fantasía. Esta información debe ir acompañada del estado físico del producto alimenticio o del tratamiento específico a que ha sido sometido (en polvo, liofilizado, congelado, concentrado, ahumado y otros). Igualmente, debe aportar la lista de ingredientes en orden decreciente al peso de los mismos, la cantidad neta del producto y la fecha de duración mínima o de caducidad. Si se trata de bebidas alcohólicas superiores a un volumen de 1,2%, debe indicarse de forma expresa.

 

La etiqueta debe informar también sobre las condiciones especiales de conservación y de utilización, si las hubiera, así como el número del lote, que deberá figurar en sitio visible, claramente legible e indeleble.

 

Desde Consumo se recuerda que el etiquetado no debe inducir a error sobre la naturaleza, identidad, cualidades, composición, cantidad, duración, origen o procedencia y modo de fabricación o de obtención. Asimismo, no podrá atribuir al producto efectos o propiedades que no posea, ni sugerir que tiene propiedades preventivas, terapéuticas o curativas de una enfermedad humana.

 

Por último, la información del etiquetado debe ser visible, legible, comprensible, e imborrable, además de figurar en castellano. Debe estar en un lugar destacado, que se vea fácilmente, sobre todo la denominación de venta, la cantidad neta y el marcado de fechas. Para obtener más información puede consultarse la Web de Consumo Responde (https://www.consumoresponde.es/).

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