Conservar las entradas y la publicidad de fiestas o cotillones, fundamental para posibles reclamaciones

 

Los establecimientos están obligados a facilitar la hoja de reclamaciones a los usuarios, que tienen derecho a contar con información completa sobre los servicios que ofertan en cada fiesta

Conservar las entradas y la publicidad para poder reclamar por incumplimiento son dos de los consejos que la Consejería de Salud, a través de su Dirección General de Consumo, quiere trasladar a los consumidores con motivo de la celebración de los típicos cotillones de Fin de Año.

Ambos documentos tienen valor contractual, por lo que guardarlos es fundamental a la hora de formular una reclamación, en caso de que la persona consumidora así lo estime oportuno, por lo que se recomienda a los usuarios que no pierdan dichos documentos.

En las entradas debe incluirse la información suficiente para identificar al responsable de la prestación del servicio, a través del CIF o el domicilio social, por ejemplo. Además, en dicha entrada debe constar claramente especificado el precio final y completo, incluyendo cualquier tipo de impuesto, cargas o importes por servicios accesorios.

Si existe barra libre, derecho a alguna consumición o servicio de guardarropa son otros de los servicios añadidos sobre los que los consumidores deberán informarse antes de adquirir la entrada a la fiesta en cuestión. En el caso de que el guardarropa se cobre por separado es conveniente conservar también la factura de dicho servicio.

Informarse sobre los horarios

Del mismo modo, los consumidores que decidan acudir a este tipo de celebraciones tendrán que informarse también sobre los horarios de prestación del servicio, para conocer exactamente hasta cuándo se prolongará dicha fiesta.

Los cotillones deben contar con la correspondiente autorización municipal, que avala que el local cumple con la normativa de seguridad, aforo, sanitaria, etc. Además, todos los establecimientos deben contar con un seguro de responsabilidad civil ante daños o accidentes que pudiera ocurrir. Aún así, la licencia municipal para locales donde habitualmente se celebren fiestas con características similares a los cotillones avala a las fiestas de Fin de Año.

En caso de que se produzca cualquier incidencia o disconformidad con el servicio recibido, el consumidor tiene derecho a que el establecimiento le facilite la hoja de reclamaciones. Si los organizadores no cumplen con dicha obligación, puede denunciarse esta circunstancia ante las autoridades municipales a través de la Policía Local, así como ante la Junta de Andalucía, mediante sus servicios de Consumo.

Igualmente, la Secretaría General de Consumo aconseja a las personas que quieran acudir a un cotillón que se informen con cierta antelación y comparen precios, prestaciones y calidad de los servicios para decidir cuál es la mejor opción. También hay que desconfiar de la reventa en la calle, ya que se trata de una actividad ilegal, sobre la que no se puede reclamar.

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