La Junta inspecciona productos cárnicos para comprobar si contienen carne de caballo

Las actuaciones forman parte del programa intensivo de la Comisión Europea que se llevará a cabo durante 30 días en los 27 países comunitarios

Los Servicios de Consumo de Sevilla y Granada de la Junta de Andalucía tomarán durante los próximos días muestras de productos cárnicos para comprobar si entre sus ingredientes hay carne de caballo. Esta actuación se enmarca en una programa intensivo de seguimiento de la Unión Europea, que se llevará a cabo durante este mes de marzo y de forma simultánea en los 27 países comunitarios, en el que encarga a los Estados a aplicar un plan coordinado de control, que incluye la realización de controles oficiales de productos alimenticios comercializados o etiquetados como carne de vacuno.La Comisión Europea ha decidido poner en marcha este programa ante la detección de carne de caballo en determinados productos comercializados en el mercado europeo sin indicarlo en la correspondiente etiqueta.Por lo que se refiere a la Administración de Consumo, y sin perjuicio de las actuaciones que se hagan por parte de Salud y Agricultura, dentro de este plan coordinado se ha asignado a nuestro país una actuación de toma de muestras que se realizará a través de las diferentes Comunidades Autónomas, entre las que participa Andalucía, con el fin de detectar posible ADN de caballo en productos comercializados en nuestro país, comprobando también el etiquetado de los productos. El plazo para la toma de muestras es el más breve posible, teniendo en cuenta la urgencia y situación de alarma creada entre las personas consumidoras por este asunto.En concreto, se tomarán muestras de hamburguesas, albóndigas, pizzas, platos preparados y pastas rellenas congeladas, así como conservas (guiso) de carne de vacuno, pastas rellenas con carne de vacuno refrigeradas, salsa boloñesa y otros productos preparados diferentes de los anteriores que indiquen presencia de carne de vacuno.La muestras se remitirán para su análisis al Centro de Investigación y Control de la Calidad (CICC) del Instituto Nacional del Consumo, garantizando que no se pierda la cadena de frío.Denuncia de la OCUEn paralelo a esta actuación, la Secretaría General de Consumo de la Junta de Andalucía, desde principios del mes de febrero está haciendo inspecciones de etiquetado para comprobar la veracidad de las marcas denunciadas en un estudio por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): Carrefour, Carrefour (Manhattan), El Corte Inglés, EMCESA, Granja Los Tilos, Raza Nostra Basic y Raza Nostra Buey gallego, además de otras marcas que estén puestas a la venta. Este informe de la OCU dio a conocer las presuntas irregularidades que se están cometiendo y que han llevado a la Unión Europea a reforzar los controles en este sector.RecomendacionesDesde la Secretaria General de Consumo de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales se advierte de la necesidad de comprobar el etiquetado antes de comprar el producto, para conocer las menciones e indicaciones que impone la norma, además de las cualidades y condiciones que debe cumplir.Una interpretación correcta del etiquetado permitirá saber qué comemos y optar por uno u otro producto en función, por ejemplo, de la información nutricional que detalle, además de otras como el precio, que contribuirá sin duda a la mejora de la economía familiar.Las etiquetas deben indicar la denominación de venta del producto, nombre que no puede sustituirse por una marca comercial o de fábrica o denominación de fantasía. Esta información debe ir acompañada del estado físico del producto alimenticio o del tratamiento específico a que ha sido sometido (en polvo, liofilizado, congelado, concentrado, ahumado y otros). Igualmente, debe aportar la lista de ingredientes en orden decreciente al peso de los mismos, la cantidad neta del producto y la fecha de duración mínima o de caducidad. Si se trata de bebidas alcohólicas superiores a un volumen de 1,2%, debe indicarse éste de forma expresa.La etiqueta debe informar también sobre las condiciones especiales de conservación y de utilización, si las hubiera, así como el número del lote, que deberá figurar en sitio visible, claramente legible e indeleble.Otras informaciones obligatorias en el etiquetado son la identificación de la empresa, que deberá detallar el nombre, razón social o denominación del fabricante o el envasador, o de un vendedor establecido dentro de la Unión Europea y, en todo caso, su domicilio. Del mismo modo, debe señalarse el lugar de origen o procedencia del producto, especialmente si procede de fuera del espacio comunitario.Desde Consumo se recuerda que el etiquetado no debe inducir a error sobre la naturaleza, identidad, cualidades, composición, cantidad, duración, origen o procedencia y modo de fabricación o de obtención. Asimismo, no podrá atribuir al producto efectos o propiedades que no posea, ni sugerir que tiene propiedades preventivas, terapéuticas o curativas de una enfermedad humana.Por último, la información del etiquetado debe ser visible, legible, comprensible, e imborrable, además de figurar en castellano. Debe estar en un lugar destacado, que se vea fácilmente, sobre todo la denominación de venta, la cantidad neta y el marcado de fechas.

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