A lo largo del tiempo el correo electrónico se ha convertido en una herramienta fundamental, tanto a nivel de persona usuaria, como a nivel profesional.
Entre las ventajas más patentes de su utilización destacan la rapidez en el contacto, la eficacia en su uso (ya que es más económico, e incluso gratuito, que una llamada telefónica o un correo postal) y mantiene el contacto entre lugares muy distantes.
No obstante, con la utilización de esta herramienta pueden surgir una serie de problemas como son: la recepción de virus en nuestros ordenadores, la recepción de las conocidas cadenas de mensajes, la recepción de mensajes o correos basura, conocidos comúnmente como correos “spam”, etc.
Por ello, a continuación se ofrecen una serie de recomendaciones cuando utilice el correo electrónico:
- No abrir mensajes de correo de origen desconocido. Elimínelo, directamente.
- No ejecutar ningún archivo adjunto que venga con mensajes sugerentes.
- Adoptar las medidas necesarias, cuando le ofrecen "regalos" sustanciosos y, para recibirlos, tiene que llamar por teléfono a líneas de tarificación adicional (prefijos 803, 806, 807), u otras líneas de tarificación especial.
- No facilitar la dirección electrónica con "demasiada" ligereza.
- Tener activado, constantemente, un antivirus.
- Visitar páginas especializadas sobre seguridad informática.
- Para que los datos viajen seguros, enviar sus mensajes cifrados.
Además:
- Para acceder a su correo electrónico, además de su código de usuario, debe utilizar una contraseña y cambiarla cada cierto tiempo.
- No utilizar la opción "Guardar contraseña" para evitar reintroducirla en cada conexión, y configurar el ordenador para que no facilite la dirección de correo a los servidores webs a los que accede.
- Cuando vaya a enviar un correo electrónico, identificar claramente tanto la persona remitente como la destinataria del mismo.
- Tener precauciones, a la hora de enviar el correo electrónico, con lo que escribimos en el mensaje, ya que puede ser leído por otras personas o puede ser reenviado por la persona destinataria del mismo.
- Cuando vaya a remitir un correo electrónico, indicar el asunto del mismo.
- No incluir todo el mensaje original en la respuesta que, de manera hipotética, se vaya a realizar.
- Tener precaución con las cadenas de mensajes, ya que éstos tienen más desventajas que ventajas; pueden provocar la saturación del buzón de correos, en otros casos se trata de información poco precisa, engañosa, e incluso de una estrategia comercial de recopilación de direcciones de correo electrónico. El término engaño, broma o bulo (en inglés hoax) se asocia a las cadenas de correo electrónico que circulan con mensajes falsos. Estos mensajes en cadena, en muchas ocasiones pueden referirse a temas relacionados con:
- Alertas por nuevos virus.
- Ayuda solidaria.
- Curación de enfermedades.
- Mejora de la salud.
- Denuncias sobre injusticias.
- Contenidos religiosos.
- Alertas de nuevos tipos de robo.
- Alertas sobre la seguridad, inocuidad de algún producto de consumo (por ejemplo, alimentos y medicamentos).
- Tener cuidado si se han de reenviar mensajes a varias personas al mismo tiempo, utilizando el campo CCO o BCC (copia oculta) a la hora de escribir las direcciones. Se puede también, en su caso, borrar las direcciones que aparecen en el mensaje y quedarnos con la parte del mensaje que interese reenviar, preservando la intimidad de las personas destinatarias.
- Destaca por su peligrosidad el fenómeno del phishing. A través de esta modalidad de estafa, se recibe un mensaje (por teléfono, vía mensaje o llamada telefónica; a través de una página Web o por correo electrónico), por medio del cual se solicitan datos personales y privados, como claves de acceso a la cuenta bancaria, etc. Los casos más típicos y peligrosos son los que, por la parte emisora, se da una suplantación de una entidad pública o privada (por ejemplo un banco). La forma más adecuada de protegerse contra esta técnica fraudulenta es no responder a ninguna solicitud de información personal, ya que las entidades oficiales nunca solicitarían datos privados, contraseñas, número de tarjeta de crédito, etc., por teléfono, SMS o correo electrónico.
- Se recomienda encarecidamente el acceso a las páginas Web tecleándola directamente en la barra de direcciones del navegador de Internet, no desde enlaces procedentes de fuentes no seguras o facilitados a través de correos electrónicos.
Si necesita información en materia de consumo no dude en contactar con nosotros. Le recordamos que estamos a su disposición de forma gratuita y continuada a través del número de teléfono 900 21 50 80, del correo electrónico consumoresponde@juntadeandalucia.es, así como en nuestros perfiles de redes sociales o a través de esta misma página web. Y si prefiere un servicio de atención presencial, puede acercarse a alguno de los Servicios Provinciales de Consumo, presentes en todas las capitales de provincia andaluzas.
Por otra parte, en el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) puede obtener información de utilidad en materia de seguridad en el uso de las nuevas tecnologías.