Con esta Ley se persigue la adaptación a los cambios experimentados en el mercado de transportes terrestre de viajeros y mercancías que conlleva la revisión completa del contenido de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres del año 1987. Se intenta mantener el máximo rigor en las condiciones de acceso al mercado de transportes en la línea marcada por la reglamentación europea y la de dotar de la mayor capacidad de autogestión a las empresas que intervienen en dicho mercado. Se incorporan las nuevas exigencias del Reglamento nº (CE) 1071/2009 de 21 de octubre. Se incluye la figura del operador logístico y se liberaliza la intermediación en la contratación de transportes de viajeros. Por otro lado, se crea la tasa de seguridad aérea como disposición adicional añadida a la Ley 21/2003 de Seguridad Aérea.